EL CRISTAL CON QUE SE MIRA #36
AFICIONADOS
Algunos lo teníamos muy claro desde hacía tiempo y en estos días lo hemos podido confirmar. El Athletic de Bilbao y la Real Sociedad sólo disputarán la final pendiente de la Copa del Rey cuando pueda celebrarse con público.
La decisión va en contra directamente de los intereses económicos del Athletic, que se ve privado de optar a un puesto en la Europa League, con lo que ello afecta a la cuenta de resultados del club. Sin embargo, ambos han querido poner por delante al aficionado, al auténtico motor sentimental de todo este tinglado que algunos se empeñan en convertir en un negocio más. También un numeroso grupo de peñas sevillistas emitió hace unos días un comunicado en el mismo sentido, solicitando que el fútbol no se jugara con las gradas vacías. Apelaban al sentimiento, a los colores mientras otros se encargaban de recordarles que los ingresos de los clubes a través de los aficionados no superan el 7% del total. Otra vez convirtiendo pasiones en monedas de plata. El corazón tampoco ocupa más de un 7% en el cuerpo humano, pero alguno se empeña en convencernos de que la mano abierta en actitud pedigüeña es de igual tamaño y similar importancia…
Lo mismo que hace casi dos siglos fueron un vasco y un catalán quienes se inventaron en Sevilla una feria con el magnífico resultado que todos conocemos aunque no hayamos podido disfrutarla este año, también son ahora una empresa vasca (Pausoka) y otra catalana (Lavinia) las que se han empeñado en que los partidos de fútbol se disputen, si no con público, sí de la manera más parecida. Así, y gracias a la realidad aumentada, los aficionados podrán interactuar con su equipo como si estuvieran presencialmente en la grada. Dicen que, a través de una no muy compleja aplicación instalada en el móvil, el sevillismo podrá cantar el himno al comienzo de cada partido y homenajear a Puerta en el minuto 16 haciendo llegar a los altavoces del estadio sus cánticos. También se podrá pitar una decisión arbitral, cantar un gol y, entiendo que estará permitido, silenciar la aplicación si el aficionado de detrás comienza con su excelsa cantinela técnica. Sospecho que, para que el mecanismo sea operativo y en tiempo real, sin retrasos ni demora en la conexión, las peñas, además de tener la cerveza bien fría van a tener que instalarse la fibra óptica más gorda que haya en el mercado, no nos pase como los primeros años de los móviles en la Feria, que a ciertas horas era imposible pillar cobertura (algo que utilizaba más de uno, por cierto, para escaquearse de las amistades cuando estaba en su caseta y no quería convidar)
También habrá que tener cuidado con lo que se le grita al aparatito, no vaya a suceder lo que cantaba el Yuyu en su chirigota Tampax Goyescas sobre la activación de voz para las llamadas telefónicas: “Un día estando en el fútbol / dijo: «¡cabrón!», el que estaba al lao. / Y al rato llama mi jefe diciendo: / «¡quillo!, ¿tú me has llamao?»
Yo no sé muy bien cómo funcionará eso de la realidad aumentada, pero como aumenten el 1,84 de armario empotrao de Diego Carlos, los delanteros rivales lo más cerca que van a estar de nuestra área va a ser el Cortinglés… del Duque.
Tampoco me queda claro si la aplicación tendrá una opción para comer pipas durante el partido y si incorporará la “kiss camera” y el jueguecito ese de los tambores en los descansos.
Por lo menos, y con eso me quedo, hay dos empresas que, mientras otros no levantan la cabeza de las columnas del Debe y el Haber, como hercúleos avariciosos, ellos se preocupan de cuidar al aficionado, de mantener su vínculo emocional con su club. Ellos también entienden que el fútbol, sin afición, es como un concierto multitudinario sin micrófonos ni altavoces, como una película de cine bélico sin sonido y, como dice mi cuñado, como una fabada sin pedos (ustedes disculpen el exabrupto)
Esas dos empresas, en definitiva, lo que entienden es que los aficionados somos auténticos profesionales de lo nuestro. Muchas gracias a ambas, y que sea para bien.
EDUARDO CRUZ ACILLONA
Publicado en La Colina de Nervión. 6/5/2020.