DEBATE DE INVESTIDURA

EL CRISTAL CON QUE SE MIRA #170

DEBATE DE INVESTIDURA

Unos cuantos años de profesión a las espaldas me hacen poder afirmar con cierto grado de rotundidad y sin riesgo a equivocarme que el periodismo tiene razones que la razón no entiende. Y por muchas vueltas que le dé al asunto, jamás podré llegar a entender por qué me tuve que tragar yo ayer el Debate de Investidura en el Congreso de los Diputados.

Que tenía que escribir un artículo al respecto, vale. ¿Pero era necesario ver el debate para eso? La conclusión, invariablemente, iba a ser la misma, hubiera yo gastado el sofá o no. Para el PP y VOX, Feijóo ganó por goleada. Para el resto de partidos presentes en la Cámara, e incluso para algunos que no consiguieron ningún escaño, Feijóo perdió por goleada. Fin del análisis político.

Vale que Feijóo salió a la cancha de juego con todos sus titulares. No faltó ni uno, bulos incluidos. Y cuando, en señal de victoria de cara a los suyos, se dio la vuelta y se señaló el dorsal con los pulgares, comprobamos que en su espalda lucía un flamante número 1. Aunque hay quien sostiene que, justo debajo y en letra pequeña, se podía leer “De momento”.

Sánchez, por su parte, convencido de que tenía ganado el derbi desde antes de bajarse del autobús, sorprendió con la alineación (menos mal, una alegría para el cuerpo) y puso de titular a un recién llegado al primer equipo que, para empezar, revolucionó al fondo derecha por lo inesperado.

Por lo demás, más de lo mismo: el resto de encuentros entraron dentro de lo previsible, de lo prescindible, como si se trataran de partidos de pretemporada.

Y por culpa de toda esta pandilla de próceres de la patria, me perdí el verdadero debate de investidura, el que se estaba llevando a cabo en el grupo de WhatsApp de mis amigos sevillistas, un grupo que han dado en llamar “Mendilí Bar”

Desde primera hora de la mañana, se cruzaban los comentarios y las apuestas, los temores y las querencias, las lesiones y los entrenos. Así, había quien sostenía que la nueva alineación tenía mejor pinta que las anteriores, lo mismo que otro decía, con o sin ironía, cada quien decida, que lo veía todo muy negro, a lo que otro le contestaba con un contundente “Victoria por 1 a 0 con gol de Jamuzaj”.

Había quien creía que no era bueno que jugara Lukebakio, que había venido sin hacer una buena pretemporada y que estaría bien dosificarlo. Otro hubiera preferido darle más descanso a Ocampos y el de más allá que no había comentado nada en todo el día, ponía enfadado y negro sobre blanco el 4-4-2 sobre el terreno de juego.

De fondo, y desde hace ya varios días, parecía que el debate de investidura no giraba en torno a Feijóo sino a Mendilibar, quien venía de haber ganado las últimas elecciones a la UEFA Europa League, pero parecía que ya no contaba con todos los apoyos con los que se fue de vacaciones en junio.

Así, el debate de investidura de ayer en el Sánchez-Pizjuán se prometía intenso y apasionante. Una bancada animaba con tesón. Otra, alternando silencios con murmullos, no dejaba duda ante su dubitativa actitud, valga la redundancia. Y otros, a estas alturas, todavía una opción minoritaria, buscaban ya nombres propios en la lista de candidatos disponibles para esta legislatura.

Y llegó el protagonista del debate y, con su planteamiento, se marcó una manita completa, que en política es lo más parecido a una mayoría absoluta y en fútbol un motivo para mantener la sonrisa, al menos, hasta el siguiente partido.

Y esa es la sonrisa que tendrán ustedes ahora mismo, amigos lectores, mientras a mí me queda seguir desgastando el sofá con la segunda sesión del debate de investidura que tiene lugar en unas gradas donde ya quisiéramos que los hinchas se comportaran con la educación con que lo hacemos nosotros en nuestro estadio. País.

EDUARDO CRUZ ACILLONA

Publicado en La Colina de Nervión. 27/9/2023.