EL CRISTAL CON QUE SE MIRA #172
INVESTIDURA FALLIDA
Como analistas político-deportivos ya les voy adelantando que no tenemos precio, lo que significa que nadie nos pagaría lo más mínimo para conocer nuestras reflexiones a la vista de lo que venimos publicando últimamente en esta ladera de la Colina.
No hace ni quince días, titulábamos esta columna de opinión como “Debate de investidura”, claramente afectados por habernos tragado la interminable sesión correspondiente y que tuvo a un tal Feijóo de protagonista.
En dicha columna, y haciendo un original paralelismo con el tema político del momento, traíamos a colación las dudas que estaban surgiendo en el sevillismo en torno a la figura de Mendilíbar. Y terminábamos afirmando que se había ganado el puesto con una mayoría más que suficiente al endosarle un 5 – 1 al Almería. A fecha de hoy, quien fuera entrenador del Almería ya no ocupa escaño en el banquillo de su formación… Y Mendilíbar, tampoco.
Nos precipitamos. Tuvimos que esperar al día siguiente para comprobar cómo Feijóo no alcanzaba los votos necesarios para ser nombrado Presidente. Y teníamos que haber esperado hasta el día siguiente para poder hacer un paralelismo político-deportivo con un mínimo de rigor profesional, y no de rigor mortis, que es lo que al final ha pasado, metafóricamente hablando, claro está.
El candidato propuesto por el Rey fracasó y el puesto de Presidente quedó vacante. Mendilíbar fracasó y el puesto de entrenador quedó vacante.
La lista de posibles candidatos barajada estos días ha hecho que el manido chiste de “Suena Míchel” se haya visto como una gracieta harto desfasada. Y en cuanto ayer se confirmó el nombre del agraciado, no dudé ni un segundo en recurrir al chat de whasapp de mis amigos que ahora se ha dado en llamar “Mendilí Bar Cerrado por Traspaso”. Unos cachondos.
En él había quien se echaba las manos a la cabeza por el papelón que había hecho en su último ejercicio profesional mandando a casa a Uruguay en la fase de grupos del Mundial y apelaba, ya fuera de tiempo y sin remedio, al “Virgencita, que me quede como estoy”. Otro recordaba sus dos Concacaf ganadas con dos equipos diferentes. Otro, sospechando que el citado entrenador tiene el mismo representante que Víctor Orta, aseguraba que el primer día lo iban a tener que presentar al personal de seguridad del estadio para que lo dejen entrar. En esa sinfonía de pitidos de mensajes entrantes, había también quien quería poner un poco de calma y esperanza alegando que no había que menospreciarlo, que era “uruguasho” (sic). Y pronto aparecía uno más para añadir que había jugado en numerosos equipos de la Liga española (Málaga, Racing, Español, Valencia, Atlético…). A lo que añadía, en un alarde de documentación exprés, que nunca le había marcado un gol al Sevilla Fútbol Club.
Las informaciones se seguían mezclando a lo largo de la tarde de ayer con las opiniones: que si su esquema táctico nos beneficia, que si tiene 48 años y dentro de tres meses va a aparentar 62, que si tenía un tío que vistió nuestra camiseta (Daniel Alonso, a mediados de los años 70) y, ya rizando el rizo y cerrando el círculo que abrimos hace unos párrafos, un poco más arriba, que de espaldas se parece a Míchel.
Ante esta avalancha de precisas impresiones, y por aportar mi propio criterio como experto en vaya usted a saber qué, sólo añadiré para terminar que es una pena el segundo apellido de Alonso. Lo bien que me lo podría haber pasado yo escribiendo estos artículos si, en vez de López, se hubiera apellidado Quijano, ¿verdad, amigo Sancho?…
EDUARDO CRUZ ACILLONA