EL CRISTAL CON QUE SE MIRA #165
SUJÉTAME EL MOJITO (2ª PARTE)
Dado el merecido éxito y la consecuente e imparable repercusión mediática de mi columna de la semana pasada, y ante la incomparecencia, una semana más, del autor de esta sección (mes y pico lleva de vacaciones el tío y todavía no me ha dicho dónde está para ir a hacerle una visita), voy a seguir yo, su cuñado, haciéndome cargo de este rincón de La Colina.
Y lo voy a hacer hablando del partido de fútbol de las chicas del pasado domingo. Yo, que entiendo una mijita de psicología femenina porque me he visto más de diez mil veces el video de Amaral en el Sonorama, puedo afirmar que las chicas ganaron a Inglaterra y que tienen mucho mérito, claro está, pero que el entrenador era un hombre. Vale que el Rey no acudió, como habría sido su deber, al palco de honor, y en su lugar envió a la protagonista del anuncio aquel que decía “Hola, soy tu menstruación”, pero no importa. El palco estuvo muy bien cubierto por el calvo de la Lotería de Navidad, que cometió la soberana torpeza de besar en los morros a una de las jugadoras. Qué falta de tacto, qué poca vergüenza. ¿Y el resto de jugadoras? ¿Cómo se sintieron el resto de jugadoras? ¿Por qué ese gesto de cariño sólo con una de ellas? Debería haber besado a todas, joé. Incluso, ya puestos, debería haber besado también a la chica, esa de pelo largo que estaba en el palco entre él y la señora de rojo, que por lo que sea se la veía un poco como triste, como si tuviera una hermana a la que han mandado a un campamento de verano súper chachi y a ella le hubiera tocado quedarse a cuidar a la abuela y escucharla todo el día quejarse de que hay que ver el abuelo, que se fue a comprar tabaco a Sanxenxo y aún no ha vuelto el muy bribón…
Las chicas jugaron un magnífico partido. Al menos, eso he escuchado en el bar de abajo. Yo no vi el partido porque no me gusta el fútbol y el domingo a mediodía tengo muchas más cosas que hacer, como levantarme a la una de la tarde, mismamente. También dicen que el gol lo marcó una gitana de Nervión y que la mejor jugadora de la selección fue una negra.
(Es más que posible que por haber incluido en la misma frase las palabras “negra”, “gitana” y “Nervión” le cierren al Sevilla la grada norte del Sánchez-Pizjuán por dos partidos, pero eso se arregla si Castro se deja besar en los morros por Rubiales la próxima jornada en el palco).
De todas las imágenes de la celebración que he visto en el periódico del bar de abajo, porque yo no compro la prensa desde que existe el bar de abajo, me quedo con la que muestra a todas las chicas eufóricas alrededor de la señora de rojo, que levanta orgullosa el trofeo sin haber jugado ni un solo minuto en todo el campeonato. Es como su suegro, que ha ganado infinidad de campeonatos del mundo sin haberse movido de una silla especial que le instalaron en el velero, justo al lado del mueble bar. Así se escribe la Historia.
P.D.: Con esa frase lapidaria, a la par que súper oportuna, “Así se escribe la Historia”, finalizaba mi artículo de hoy. Lo he enviado a la redacción y le ha faltado tiempo al director del periódico para llamarme y decirme que en esta Colina se tiene que hablar del Sevilla Fútbol Club. Le he contestado que estoy totalmente de acuerdo. Y que lo haré encantado cuando el Sevilla Fútbol Club juegue al fútbol. No sé si me explico.
EDUARDO CRUZ ACILLONA