EL CRISTAL CON QUE SE MIRA #44
VENTANAS
Ayer despedimos a junio, ese mes tan aséptico cualquier año y tan convulso y diferente en esta ocasión. En junio salimos del confinamiento, comenzó el fútbol de nuevo y algunos, después de tres meses sin perder, retomaron su característico y particular estado de alarma.
Llega ahora el mes de julio (Hulio, para los que gozan contando chistes malos a falta de otras habilidades más productivas) Llega a trompicones, ansioso, apretado de fútbol y de calor. Llega temeroso y precavido, no vaya a ser él quien pase a la historia por ser el señalado como la fecha en que volvimos al confinamiento por culpa de lo que los expertos llaman el “rebrote” y el cuñado de turno “no me pongo la mascarilla porque yo respeto la distancia de seguridad”.
Llega julio, llegan las amenazas de olas de calor y noches de dormir. Es tiempo de abrir las ventanas, suplicarle al pasillo que facilite el tránsito del aire y refresque la casa. Abrir las ventanas. Qué gesto tan cotidiano y, a la vez, tan surrealista. Porque ahora resulta que las ventanas no se abren para airear las casas sino para comprar y vender jugadores (que, bien mirado, también es una forma de airear la casa)
Este año, con la que tenemos liada jugando partidos de fútbol cada dos por tres, que ya no sabes cuando termina una jornada y comienza la siguiente, lo de abrir las ventanas se va a retrasar hasta agosto. Hasta el 4 de agosto, concretamente. Sospecho que, para más de uno, va a ser un mes de julio de muchos calores y sofocones si no podemos ventilar las estancias. En cambio, otros celebrarán que ese día, el 4 de agosto, en concreto el de 1693, un fraile francés llamado Don Perignon, inventó el champán. De no haberlo inventado él, estoy convencido de que lo hubiera hecho Monchi, con lo que le gusta una ventana.
También fue un 4 de agosto, el de 1881, cuando en Sevilla se alcanzó la temperatura más alta jamás registrada en toda Europa: cincuenta grados. A ver quien era el guapo aquel día que abría las ventanas…
Las ventanas les jugaron una mala pasada a los vecinos de la calle Malasaña en Madrid. El 4 de agosto de 1950 un escape de cloro de una fábrica de lejía provocó la intoxicación de 27 personas. Y es cuando se abre una ventana, hay que tener mucho cuidado, que no todo lo que entra es bueno por definición. Y no voy a poner nombres, que ya los están pensando ustedes y coincidimos.
Y para cerrar el círculo, el 4 de agosto es el cumpleaños de Dani Carriço, que llegó al Sevilla FC cuando abrieron las ventanas en el verano de 2013, ganó las tres copas de la Europa League del 2014 al 2016 y en la ventana del pasado mes de enero fichó por el Wuhan, el equipo de la ciudad donde surgió el primer brote de coronavirus y que nos hizo cerrar las ventanas hasta hace bien poco.
La ventana estará abierta, dicen, hasta el 5 de octubre, cuando se celebra el Día Mundial de James Bond (lo juro) y el cumpleaños de Mauricio Pellegrino, que sustituyó a Unai Émery en el banquillo del Valencia CF en 2012, el cual, tras su breve paso por el Spartak de Moscú, recaló en el Sevilla FC entrando por la ventana de enero de 2013 y ganando las tres mismas copas de la Europa League que Carriço.
Aún queda más de un mes para que se abra la ventana, pero apostaría lo que fuera a que Monchi ya ha bajado al súper a comprar Cristasol… A ver cómo le luce la ventana este año…
EDUARDO CRUZ ACILLONA