Hace hoy cinco años el Sevilla FC se proclamó campeón de la Copa de la UEFA en Eindhoven. Tras casi seis décadas de travesía por el desierto y una amarga sequía de éxitos, Nervión por fin saboreó la gloria, en una final inolvidable ante el Middelbrough. Las emociones encontradas fueron muchas, Sevilla explotó de júbilo y el Ramón Sánchez Pizjuán se contagió de un espíritu victorioso que en un sólo lustro trajo otros cinco títulos más.
Daniel Alves levantando la cabeza para que Luis Fabiano conectara un testarazo magistral, el paulista abrazando el aire del Philips Stadium apoderado de la euforia, Maresca llegando con todo desde atrás, cruzándola desde el balcón del área, escorado a la izquierda, Kanouté levantando las manos al cielo y pisando el césped con gestos de grandeza, el mítico italiano birlándole la copa al Príncipe… Imágenes inolvidables, manantial de felicidad, Eindhoven para siempre, pórtico fundamental para entender un Sevilla diferente, ganador.
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