En la emisión de ayer del programa de SFC Radio: “Historia Viva”, que realiza el Área de Historia del Sevilla F.C., fue invitado nuestro socio Pepe Arjona para hablar sobre el artículo publicado en nuestra web, «DIEGO MONTES: UN SEVILLISTA DE DONOSTI» . Leer más
“[…] Sé que voy a morir, pero dile a la ma, que no llore”.
Con estas palabras a su angustiado y también herido padre, el niño Diego Montes Calle, afrontaba su final. Yacía sobre el asfalto de la calle Txibili, en Donosti. Perdía mucha sangre.
Asistidos inicialmente en el hospital Nuestra Señora de Arántzazu, la gravedad del estado de Diego aconsejó su traslado al Hospital de Cruces, en Baracaldo. Allí, el equipo de la Unidad de Cuidados Intensivos lucharía por estabilizarle. Tenía doce años.
Minutos antes de las 16:00 horas del sábado 16 de marzo de 1991, Diego, lateral derecho del equipo alevín del Antiguoko Kirol Elkartea, salía de las instalaciones del campo de fútbol de Matigoxotegi. Había jugado y perdido el partido 3-0; bruscamente, fue obligado a disputar otro; este definitivo: pelear por su vida. Leer más
(Viene de 1.- «AITACHU, ME MUERO…», 2.- CONMOCIÓN EN SEVILLA y 3.- SUEÑO CUMPLIDO)
Aquel niño que llegó a una humilde familia del barrio Antiguo en plena Tamborrada de 1978; que con seis años se ponía la equipación de su Sevilla FC, para jugar con el balón en el pasillo de casa o, con los amigos en el barrio; que mostraba su inquietud por conocer los resultados, sin ocultar alegría ante la victoria, ni desencanto y frustración por no lograrla; que soportó con entereza y valentía aquel drama, y que quedó para siempre conmovido y agradecido por las muestras de cariño recibidas…, se nos hizo mayor.
El hombre de hoy nos cuenta, con sorprendente naturalidad, los arrestos que tuvo, para volver a jugar a nivel competitivo, a pesar de los pronósticos médicos. Y, como, al culminar la etapa juvenil decidió dejarlo para -al no atisbar un definido futuro profesional-, aplicarse en la formación laboral. Leer más
(Viene de 1.- «AITACHU, ME MUERO…» y 2.- CONMOCIÓN EN SEVILLA)
Diego llegaría vistiendo el chándal del Sevilla FC, caminando con muletas, la noche del 22 de noviembre al aeropuerto sevillano de San Pablo, acompañado de sus padres y del directivo de la Real Sociedad y, presidente de Gaztelubide -prestigiosa sociedad gastronómica donostiarra-, José Antonio Salas. Quedaron gratamente sorprendidos de la cantidad de personas que acudieron a recibirles. Entre estas, José Castillo y Manuel Vizcaíno, en representación del Sevilla FC. Resultaría emotivo, el entrañable reencuentro con María del Carmen Estévez, profesora suya de EGB en el colegio Manuel de Larramendi y, en aquella fecha, destinada en un centro del municipio sevillano de Palomares del Río. Leer más
(Viene de 1.- «AITACHU, ME MUERO…»)
Mientras esto sucedía allí, en Sevilla, a unos 900 km., la portada del diario ABC del día 20 mostraba la imagen de Diego, a los seis años, vestido con la equipación del Sevilla Fútbol Club. Sí, con su uniforme del Sevilla Fútbol Club.
La noticia impactó en la ciudad y, el gesto solidario de aficionados y club, no se hizo esperar. De inmediato, la junta directiva encomendó gestiones a José Castillo y Manuel Vizcaíno, incluso, para visitarle. El Domingo de Ramos, día 24, el Sevilla FC jugaría en San Mamés ante el Athletic Club y, harían lo posible, para desplazarse hasta el hospital de Baracaldo.
El sábado, la expedición del Sevilla FC partiría en avión hacia Bilbao. El presidente, Luis Cuervas, informaría la tarde anterior “[…] vamos a aprovechar la ocasión que nos brinda este viaje, para visitar al pequeño y si, por su situación, no pudiéramos estar con él, estaremos con su familia”, “[…] Nosotros vamos a brindarle nuestra ayuda a la familia, y en cuanto el chaval se recupere, le invitaremos para que haga el saque de honor en el Sánchez-Pizjuán”. Leer más
“[…] Sé que voy a morir, pero dile a la ma, que no llore”.
Con estas palabras a su angustiado y también herido padre, el niño Diego Montes Calle, afrontaba su final. Yacía sobre el asfalto de la calle Txibili, en Donosti. Perdía mucha sangre. Leer más